Cincuenta

BaobaB

Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, el Baobab era el árbol más hermoso de todos, admirado por animales, hombres y plantas; hasta el mismo Dios (no importa cual, uno) quedó prendado de la belleza del Baobab: de la fuerza de sus ramas, del olor y color de sus innumerables flores, de la viveza de sus hojas, de la suavidad de su tronco y su dureza.

Es por ello que ese Dios, complacido por la hermosura del árbol, lo bendijo con una vida increíblemente lóngeva, aún en los cánones de los árboles.

El Baobab, orgulloso, empezó a crecer y a crecer durante mucho tiempo, haciéndose más y más fuerte, más y más hermoso, y más y más alto. Se hizo tan alto que sus ramas daban sombra a los demás árboles, y no les dejaba crecer, helando a las criaturas que pasaran bajo él, ya que ocultaba por completo el calor del sol. Llegó a crecer tanto que, hechido de orgullo, gritó a los dioses que pronto los alcanzaría.

El viejo Dios, colérico por el arrojo del Baobab, mandó una maldición para castigarle y hacerle aprender modestia, y lo volvió del revés. Así, las hermosas ramas, flores y hojas quedaron enterradas, y el Baobab adoptó la forma de unas raices buscando el cielo.




Nunca os fieis de los regalos de los dioses, que no suelen ser consecuentes en sus actos ni asumir toda su responsabilidad.


3 comentarios:

Julia Moreno dijo...

...genial dibujo y preciosa historia...cuando llueve, el baobab llora tambien dejando las hojas volar cual lágrimas al viento, cuando el sol se asoma, las flores escondidas bajo tierra se remueven intentando robar algun rayo que las deje seguir soñando en la oscuridad, y cuando llega la noche, las raices del baobab, que ahora son ramas inquietas, acunan la luna, que conoce su triste historia, y se acerca a dejarle el mejor de sus besos de buenas noches, la mejor de las nanas...un beso para tí

E dijo...

Je fis remarquer au petit prince que les baobabs ne sont pas des arbustes, mais des arbres grands comme des églises et que, si même il emportait avec lui tout un troupeau d'éléphants, ce troupeau ne viendrait pas à bout d'un seul baobab.

Son fuertes, aunque metan la cabeza en la tierra. Como cualquiera de nosotros, al fin y al cabo.

Un abrazo fuerte.

Elena -sin h- dijo...

Los baobab del principito :)