Treinta y tres

Estoy harto. No quiero que sigas hablándome de humo y espejos. Me cansa ver cómo construyes fantasías de cosas que nunca alcanzarás porque no eres capaz de estirar el brazo. Deja de hablar de noches de jazz que no escuchas, de libros que no lees, de películas que te aburren, de vivencias ficticias.


Haz el favor de vestirte y salir a la calle, de noche, cuando las calles están húmedas y reflejan las farolas y las ventanas; cuando hay poca gente en la calle y los coches pasan como si les doliera el asfalto. Pasea con el frío, con la cabeza hundida en los hombros y las manos en los bolsillos. Fuma el aire mientras respiras, o cualquier otra cosa. Date cuenta de lo que te rodea.

No es la fantasía con la que vives, de gatos en tejados con deshollinadores que bailan al compás; no te paras a mirar las flores del parque, ni te detienes a ver cómo juegan y sonrien los niños pequeños. No haces ninguna de las cosas que dices; ni me amas apasionadamente, ni me odias.



5 comentarios:

kay dijo...

Hay veces que sólo se ama lo que se quiere amar, o lo que nos dicen que..., a veces. Hacer o decir lo que nos imprimieron a fuego un día que no recordamos, porque lo borraron cuidadosamente. Ahora, a veces, flashean para que no se olvide, a veces martillean. Y disimulamos con una vida bohemia de la que carecemos, con unos ojos de retrato que no son los que amanecen, son los que no quieren crecer en realidad, los que no dibujan, sólo sueñan con cosas que no quieren hacer realidad, sólo mienten... Disimulan, falsean, retocan, buscan para atar, viven de acuerdo a algo que nos aliena. En definitiva. Sólo hacen lo que... y sólo a veces

lluvia de emergencia dijo...

basta ya de fantasear con cosas que no tenemos. Búscalas, consíguelas, ámalas, gózalas, vívilas ... se feliz en definitiva

Gato negro dijo...

Las vendas de los ojos, cuando están grabadas con fuerza por el paso de los años, es complicado desatarlas. Más aún , cuando el destino te propone una seguridad más que apetecible a ciertos corazones. Aún así, piensa que tienes un gato que te quiere, cuenta con su tejado para gritar fuerte, y unirte a mí siempre que quieras. No me apartes de tus pensamientos, quiero ser partícipe, compartamos ideas, como ya hacemos con nuestra amistad.

marchando 2 morunos!!!
GATO NEGRO

Elena -sin h- dijo...

Es difícil atraverse a salir a la calle y exponerse a la luz despiadada de las farolas pero un día la niebla termina de cubrirte y te das cuenta que, sin dar un paso, acabarás quemándote las pestañas. Solo que a veces ese día tarda en llegar...

Bibián dijo...

No me parece justo juzgar a alguien por lo que sueña ser. Me parece triste, pero no me gusta sentir lástima. Prefiero pensar que existe un lugar en el tiempo -curvo de Einstein- en que, como los duendes, existen estos seres extraños que fabulan sus vidas para hacerlas menos tediosas. Seguro allí hay amigos y canciones y sonrisas para ellos. Pero no en las calles que nombras ni en los tejados de gatos de colores. Puede resultar peligroso...