Treinta y dos

Ya hace tiempo que no bajaba al viejo jardín. El que quedó a oscuras tras la casa, cuando la vida se convirtió en invierno.

Necesita el sol y el calor para ser, otra vez, lugar de gozo y reposo. Le falta color para que vuelva a sentarme en el banco a leer y escribir, a hablar y escuchar, a crear mundos nuevos a partir de sus olores...


He vuelto a pasear, agarrado por ramas huesudas, grisáceas; por colmillos curvos, por raices ocultas; me he sentido, en cierta forma, retenido por un mal presente de un hermoso recuerdo, que me pide quedarme para volver a ser lo que era.



Pero no puedo acabar con el invierno.

8 comentarios:

Gato negro dijo...

Qué complicado es luchar contra la naturaleza, quizás sería mejor idea agarrarte a ella. Todos los jardines tienen su belleza, entendida muchas veces por tus propios y únicos ojos, pero mientras conserves tus sentidos tendrás mucho que crear.

GATO NEGRO

Decadence dijo...

Al invierno también le cuesta abrirse paso... a veces la belleza no se entiende, pero ahí la tenemos :)
Casi como algo cotidiano

lluvia de emergencia dijo...

mientras el invierno no acabe contigo aún hay esperanzas muchacho. pacienciaa si es que sirve de algo

Laura dijo...

el invierno pasará cuando no nos queramos dar cuenta
así que, sí, paciencia...
además últimamente el sol anda animadillo

Bibián dijo...

Tu esperas que se acabe y el invierno y a mi me encantaría tenerlo alguna vez. El sol aquí es constante y los asomos de nieve son duros y contundentes. Bogotá es un otoño eterno y la melancolía del cambio se da con tan poca definición que no sabes cuando empiezas o terminas las calles o los pensamientos. Igual sería lindo tenerte cerca, aquí, para desordenarte un poco la cabeza con las ideas locas que se cruzan entre las aceras sin mirar a lado y lado!

manue dijo...

El invierno es como un embarazo... donde todas las semillas estan tomando forma para nacer con la primavera. Aunque podrías, en vez de comprar patucos para el otoño, pues... ir planchando las camisetas de verano...

pqueno dijo...

empapado de nostalgia...bello...

abrazos ausientes desde el invierno, para q te abrigue aunq no puedas acabar con él

E dijo...

Yo también necesito un poquito del sol del viejo jardín.

Intentemos acabar con el invierno. Seguro que la almohada nos ayuda.