Treinta

Aburrido, harto de estudiar cosas que van a pasar por mi vida sin la mayor trascendencia, te recuerdo. Te recuerdo y te imagino, a partes iguales. Recuerdo cosas que hicimos y cosas que estuvimos a punto de hacer; e imagino que las hacemos, o que las hubiéramos hecho.

Te recuerdo en los bancos del acantilado, donde hacía tanto aire, y cómo tiritabas con cada golpe de salitre fresco, al que nunca te terminaste de acostumbrar. Recuerdo mis brazos rodeándote, entrando en contacto con tu cuerpo, con tu piel en zonas desprotegidas, y cómo te acurrucabas contra mí, hecha un ovillito. Recuerdo besarte la nuca, y tus escalofríos por las cosquillas de mi barba. Recuerdo tus ojos, enormes, mirándome con ese brillo. Recuerdo…

Te veo en el campo, en el río, jugando desnuda en el agua, salpicándome mientras intentaba leer y no hacer caso de tu cuerpo. Recuerdo mi enfado fingido al mojarme, y cómo salté sobre ti para pelearme, casi ahogándonos, y cómo terminamos agotados haciendo el amor en la orilla, mientras mi ropa se secaba al sol.

Recuerdo las peleas tontas por los motivos imbéciles, y las reconciliaciones basadas en el olvido y en la ignorancia de que pudiéramos hacernos daño. Recuerdo tus lágrimas empapando mi camisa por algún miedo insignificante, que para ti suponía un mundo.

Recuerdo quedarme esperando una llamada, solo en un mundo marrón. Recuerdo que esa llamada nunca llegó, y que no recordé olvidarme.




Y ahora me pregunto por qué coño tengo que aprenderme cosas intrascendentes, cuando hay tanta belleza por recordar.



Aunque no estés conmigo para compartirla.

7 comentarios:

Patricia Casalderrey dijo...

siempre se comparten los recuerdos, las verdades parecen ser mentiras, la pescadilla se muerde la cola y seguiremos recordandolo todo.

Bibián dijo...

Que recuerdos tan bonitos y como el agua nos acostumbra volver a los lugares queridos. Sin palabras...

Un abrazo

Anónimo dijo...

A mí tampoco me llegó esa llamada...

Elena -sin h- dijo...

Tus recuerdos me hacen evocar otros míos en esta mañana fría de lluvia. Tirito no sé si por tus palabras o por el viento que entra por la ventana abierta que, como siempre, olvidé cerrar...
Gracias por contribuir a tanta belleza :)

Decadence dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Decadence dijo...

Me acabas de provocar una caída física y mojada. No sé si de dolor o de qué. No sé si tristeza o alegría.
Pero no puedo dejar de pensar en ello...
Aunque no pueda compartirlo contigo...
Aunque no pueda...
Aún me acuerdo.

Laura dijo...

escojo tu blog al azar
y de repente...
me sorprendes
y me haces recordarme


gracias