Árbol.
Con manzana.
Cae. Espiral, que da vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y tantas vueltas que marea y no sabes dónde tienes la cabeza, si eres un árbol, o si la manzana está bien sujeta entre tus hombros.
¡Ay! Esa cabecita... Si no la tuvieras sujeta al tronco la perderías, como las manzanas, que desperdician su semilla por vuestras gordas barrigas. Me da igual que hagais aeróbic, juguéis al futbol u os recorrais toda la costa mediterránea cada mañana. Son gordas barrigas. Y la semilla de la manzana acaba en un basurero, con muñecas viejas que papá te tira a escondidas, porque están rotas y viejas, y el que tú las quieras más que a nada en el mundo precisamente por las cicatrices no importa; y hay zapatos viejos, y cartones, y latas de conservas, y botes de plástico, porque eso de separar para reciclar queda muy bien dicho, pero ya está...
Y la espiral me sigue mareando porque gira, y da vueltas, y marea, y me entran nauseas de mirar al infinito fractal que gira y gira y gira, siempre dando vueltas y vueltas y más vueltas. Y yo mientras, caigo. Y mientras caigo, me pregunto ¿por qué tienen punto las íes? Poner los puntos sobre las íes es dejar las cosas claras, en su sitio, de forma correcta; como deben ser.
Las manzanas tienen semillas que caen en espiral a los basureros del alma de un árbol, incapaz de amar a sus juguetes viejos.
Y las íes tienen punto porque son los puntos los que definen a las íes. Sin punto, no son más que áridos palos; troncos secos sin manzanas.
Con manzana.
Y cae...
Cae. Espiral, que da vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y tantas vueltas que marea y no sabes dónde tienes la cabeza, si eres un árbol, o si la manzana está bien sujeta entre tus hombros.
¡Ay! Esa cabecita... Si no la tuvieras sujeta al tronco la perderías, como las manzanas, que desperdician su semilla por vuestras gordas barrigas. Me da igual que hagais aeróbic, juguéis al futbol u os recorrais toda la costa mediterránea cada mañana. Son gordas barrigas. Y la semilla de la manzana acaba en un basurero, con muñecas viejas que papá te tira a escondidas, porque están rotas y viejas, y el que tú las quieras más que a nada en el mundo precisamente por las cicatrices no importa; y hay zapatos viejos, y cartones, y latas de conservas, y botes de plástico, porque eso de separar para reciclar queda muy bien dicho, pero ya está...
Y la espiral me sigue mareando porque gira, y da vueltas, y marea, y me entran nauseas de mirar al infinito fractal que gira y gira y gira, siempre dando vueltas y vueltas y más vueltas. Y yo mientras, caigo. Y mientras caigo, me pregunto ¿por qué tienen punto las íes? Poner los puntos sobre las íes es dejar las cosas claras, en su sitio, de forma correcta; como deben ser.
Las manzanas tienen semillas que caen en espiral a los basureros del alma de un árbol, incapaz de amar a sus juguetes viejos.
Y las íes tienen punto porque son los puntos los que definen a las íes. Sin punto, no son más que áridos palos; troncos secos sin manzanas.
4 comentarios:
alguien supo antes de que teclearas que habías escrito, ¿cómo? ninja y samurai... debe ser la química, que no escapa a nadie
un abrazo enorme... muy muy fuerte de amiga
Cuántas vueltas. Yo también me he mareado.
Creo que los sucedáneos de besos son como las íes sin puntos.
Puedes quedarte con la melanina. Te la regalo : )
No caes, al menos si tienes un gato que no duerme por ti, cuidando de tus sueños, de tus miedos y de las íes. Cuenta conmigo para pasear siempre que quieras dar vueltas, sabes donde está mi tejado, pronto viviremos juntos en uno.
GATO NEGRO
Remiendos
de
recuerdos
Semillas
de
mis actos
Poesía
de
infancia
Rompo lo remendado, remiendo mi cuerpo roto y desgastado,pego mi alma escama a escama.
Bonito texto buen día :)
Publicar un comentario