Cuarenta y ocho

Hay cosas que no se pueden acabar. Que no se deben acabar. Como la magia.

Que no importa las cosas que pasen, debe seguir adelante: alimentándonos a todos, haciéndonos partícipes de ella, enseñándonos cosas que, aunque no puedan ser, tienen todo el sentido del mundo. Porque la magia no entiende lo que puede ser, o lo que debe ser; la magia versa sobre lo que es.

Y en un mundo de aluminio y espejo, de ladrillo y hormigón, de papel y metal acuñado, de vapores y gases oscuros, un rayito de luz de colores es algo a lo que agarrarse; algo en lo que creer. No en sí mismo, sino en la promesa que lleva implícita.

Y esos rayos me llegan continuamente, aunque no sean muchos, sí son generosos, y me iluminan. Conversaciones de madrugada, bajo el fresco de las estrellas y la humedad del suelo asfaltado; conversaciones entre sábanas, en camas revueltas y húmedas; cigarros liados y consumidos entre la hierba, en oasis artificiales del desierto superpoblado de cemento; y sobre todo, destellos entre el silicio, a través de la distancia y del tiempo.

Y son estos últimos destellos los que, por lejanos, me resultan tan interesantes. Y por eso me resulta tan triste que dejen de latir, aunque parpadeen. Porque un parpadeo no es más que una pausa, un cambio momentáneo de la atención, el fin de una historia y el comienzo de una nueva. Los latidos, como los parpadeos, se repiten constantemente, sin que nos demos cuenta, pero no por ello carecen de valor.

Aún así, perder un parpadeo, o un latido no es un problema, por mucho que nos resulte doloroso. Los parpadeos y latidos son continuos; lo preocupante es la ceguera, o la parada cardiaca.

No dejemos de ver por un parpadeo mal dado, ni dejemos de vivir por un latido perdido.





9 comentarios:

Julia Moreno dijo...

...mmm, debo darme por aludida? yo vivo con un latido menos, me gustó muchisimo tu post de hoy, asi que me voy a dar el placer de quedarme con él y releerlo junto a mi almohada, tengo un dia triste, y asi, el latido se perdio, pero hay otro, y otro mas, tic tac tic tac...gracias

kay dijo...

late, late, late... precioso, de verdad, estoy sobrecogida ;)

E dijo...

Tienes toda la razón, por cansado que esté no se para el corazón. Ni dejamos de mirarlo todo, todo. Deberíamos recordar esto todos los días. Gracias por gritarlo así, tan bien gritado.

Menos mal que no he parpadeado en el momento equivocado y no me he perdido un texto tan hermoso.

Qué nunca se acabe la magia : )

Anónimo dijo...

Hola Raúl, ya ví que te pasaste por el blog. Para dejar comments en xanga hay que estar registrado, eso es lo malo, pero lo bueno es que no hace falta ni meter un e-mail verdadero, así que es inventarte un user y un pass y en 5 segundos ya estás registrado. Un saludo, tío.

Cle dijo...

No, no dejemos de ver ni de vivir, pero procuremos estar muy atentos! ;)

Bibián dijo...

"Me encanta ver como se renueva la naturaleza, que no pierde el tiempo con la cultura que se le opone"
Esa es mi magia, this corner of the earth...
Un abrazo

Nikoleta dijo...

Dulces palabras que acogen a una mirada...

Elena -sin h- dijo...

Puede que lo importante sea parpadear, incrédulos, y latir, ansiosos, en el momento adecuado

lluvia de emergencia dijo...

Tienes tooooda la razón. Lo importante es latír siempre. Mucho más fuerte cuando más lo necesitas y débil cuando es mejor que no moleste demasiado su sonido.

un abrazooooo